Inmaculada Reina de los Ángeles,
que en esta tu prodigiosa imagen
de la esclavitud te muestras tan
piadosa con los devotos que te
invocan, colmándolos de mercedes
y tomándolos bajo tu amparo;
alcánzanos del Señor la mayor
pureza del alma y cuerpo a la
imitación de los Ángeles. de quienes
te contemplamos Reina, Madre y
Señora purísima. Tú eres el espejo
sin mancha, donde hizo el Dios de
la santidad que reverberase toda
justicia y perfección. Bendito sea
en ti y por ti el Señor ¡Oh Reina
Santísima!. Y por lo mucho que te
ensalzó y enriqueció, te rogamos
nos alcances lo que te pedimos,
si fuera esta la voluntad de Dios y
que vivamos siempre con Dios y
por Dios hasta verle y gozarle por
los siglos de los siglos en el Cielo,

Amén.