En el nombre de Dios por favor, les ruego,

Les ordeno: ¡ no matar!

Soldados, arrojen las armas...

¿Quién te sigue recordando, hermano Romero?

Asesinado innumerables veces

Por sus armas y nuestro silencio.

Sacerdocio que todas las víctimas

Resumen y consagran.

Asesinados porque te has hecho pueblo:

Asesinado porque hiciste

Caer los brazos

A los pobres armados,

Más pobres que los mismos asesinados:

Por esto aun y siempre asesinado.

Romero, siempre serás asesinado,

Y nunca habrá un etíope
Que ruegue a alguien

A tener piedad.

No habrá ningún poderoso, nunca,

Que tenga piedad

¿De estas multitudes, señor?

¿Nadie que no sea asesinado?

¿Será siempre así, señor?

David Maria Turoldo