Oración enviada por xanitutinax hace 5 años
Oh, Lucía amada,
que estás en el cielo,
sé nuestro modelo
y nuestra abogada.
Lengua balbuciente
aún la tuya era,
y tu vida entera
al Omnipotente
con piedad ferviente
ya iba encaminada.
Sé nuestro modelo
y nuestra abogada.
Tu madre querida
muy enferma viste,
y á Águeda pediste
la salud perdida
le diera cumplida
tú en ti no confiada.
Sé nuestro modelo
y nuestra abogada.
En tu gran riqueza
un estorbo viendo.
La fuiste esparciendo
entre la pobreza;
Así tu nobleza
de alma es probada.
Sé nuestro modelo
y nuestra abogada.
La paz de conciencia
lugar siempre tuvo
en tí; mas no hubo
mayor penitencia
con que tu inocencia
por tí fue rodeada.
Sé nuestro modelo
y nuestra abogada.
Pascasio conspira
contra tu pureza;
su astucia y fiereza
despliega y su ira;
mas por Dios se mira
tal joya guardada.
Sé nuestro modelo
y nuestra abogada.
De tribulaciones
cólmante crueles
verdugos infieles;
y tú les opones
paciencia, oraciones
por su alma errada.
Sé nuestro modelo
y nuestra abogada.
Te envuelve el tormento,
y ya moribunda,
de la paz profunda
al fiel con acento
alegre y contento
Nuncias la llegada.
Sé nuestro modelo
y nuestra abogada.
Con planta segura
del mundo las dichas
huellas, y en desdichas
tu fe no se apura,
en ti siempre dura
la virtud preciada.
Sé nuestro modelo
y nuestra abogada.
Tu amor nos asista
oh virgen gloriosa,
tu fe poderosa
nuestra alma revista,
y esté nuestra vista
siempre en Dios fijada.
Sé nuestro modelo
y nuestra abogada.
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