Oración enviada por xanitu hace 5 años
Dios que vivifica todas las cosas. He aquí que
el ojo del Eterno se posa sobre los que temen
y sobre los que esperan de su bondad.
Espero de Vos, Señor, que utilices mi talento para instruir
a los hombres sobre las verdades eternas. Las facultades
que con el vivir he adquirido, pongo, Señor, a tu disposición
para que vivifiques con ellas a los que duermen. No abrigo
otra ambición que la de transmitir a mis hermanos las
bellezas de Tu universo. No es una tarea fácil y solo podré
llevarla a cabo si Tú, Señor, me prestas tu inspiración. Abro
mi corazón y mi mente a Tu soplo: transítame, penétrame,
pon en ellos tu divina simiente.
Mehiel exhorta:
El Eterno me ha situado en esta parte de los cielos para
inspirarte, peregrino, nuevas formas de vida. La materia se
usa con el servicio y es preciso que constantemente,
nuevas formas desciendan del mundo de la mente. En ti
he atado el pensamiento a la emoción; el brazo izquierdo
al derecho, de manera que las obras que salgan de ti no
vayan destinadas a unos o a otros sino a todos. No traiciones
a una parte de mi mensaje siendo un intelecto frío o un líder
de masas exaltado.
A través de ti todos han de ver la armonía del universo; han de
sentir los contrastes, han de percibir los matices. De nada me
serviría tu talento si tu único objetivo fuera ser un hombre célebre.
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