Oración enviada por xanitu hace 5 años
Fin de todas las cosas. Retorna, mi alma, a tu serenidad,
ya que el Señor te ha otorgado sus bondades.
Sublime Señor del renacer y los cambios,haz que en mi
naturaleza banalizada surja la divina quimera del oro;
haz que mi hambre de luz y de pureza se condensen en
mi estructura psíquica y me conviertan en la madre fecunda
de una Verdad más alta que mi propio ser.
Haz que renazcan en mi todos los principios que han llevado
el mundo a su plenitud, y que tu servidor humilde pueda ser
para los demás el portador de tu renacer, en sus átomos, en
sus células, en su simiente, el portador de salud y longevidad,
el mensajero de tus misteriosas virtudes.
Mumiah exhorta:
En tu pasado está, peregrino, la clave de tu futuro.
En tu ancestralidad encontrarás el camino que conduce al mañana.
Tus raíces parecen firmes, pero no lo son, porque Yo he sido el
encargado de removerlas. Una nueva vida ha de surgir en tus viejas
vestiduras físicas, y de ti depende el que, de esa fermentación, salga
el buen vino o las escorias. Yo he enterrado en ti el sueño de volar,
pero en tu naturaleza arcaica se encuentra también vivo el impulso de
revolcarte en las perversidades.
¿A cuál de esas fuerzas apoyará tu voluntad?
Entre lo sublime y lo corrupto deberás elegir, porque te será imposible
permanecer tal como eres. Ojalá pueda, peregrino, darte alas.
Ojalá puedas verme cara a cara en esa otra esfera en que tengo mi sede.
Entonces ya no te será posible zozobrar.
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