Oración enviada por Padre Edgar hace 4 años
Tú, Señor, me has salvado a tan caro precio, y yo tantas veces me he querido perder perdiéndote a Ti, que eres bien infinito. Pero me llena de confianza lo que has dicho, que cuando el pecador que te ha dado las espaldas se convierte a ti, tú te acercas a abrazarlo: ‘Vuelvan a mí, y yo me volveré a ustedes’ (Is 45,22). Y también has dicho: ‘Si alguno me abre la puerta yo entraré en él’ (Ap 3,20).
Oh Señor, yo soy uno de esos rebeldes, ingrato y traidor que muchas veces te ha dado las espaldas y te ha echado del alma. Pero ahora me arrepiento con todo el corazón de haberte tratado así y de haber despreciado tu grada. Me arrepiento y te amo por encima de todas las cosas. Mira que la puerta de mi corazón está ya abierta: entra, pero para no salir nunca más...
Oh María, madre mía, tú lo puedes todo con Jesús porque eres su madre. Dile que me perdone. Dile que me encadene con su amor
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