Oración enviada por xanitu hace 6 años
Padre mío, ahora que las voces se silenciaron y
los clamores se apagaron, aquí al pie de la cama
mi alma se eleva hasta Ti para decirte: Creo en Ti,
espero en Ti, te amo con todas mis fuerzas.
Gloria a ti, Señor.
Deposito en tus manos la fatiga y la lucha, las alegrías
y desencantos de este día que quedó atrás.
Si los nervios me traicionaron, si los impulsos egoístas
me dominaron, si di entrada al rencor o a la tristeza,
¡Perdón Señor! Ten piedad de mí. Si he sido infiel, si
pronuncié palabras vanas, si me dejé llevar por la
impaciencia, si fui espina para alguien,
¡Perdón Señor!
No quiero esta noche entregarme al sueño sin sentir
sobre mi alma la seguridad de tu misericordia, tu dulce
misericordia enteramente gratuita, Señor. Te doy gracias
Padre mío, por que has sido la sombra fresca que me
ha cobijado durante todo este día. Te doy gracias
porque invisible, cariñoso, envolvente me has cuidado
como una madre, a los largo de estas horas.
Señor, a mi derredor ya todo es silencio y calma. Envía
el ángel de la paz a esta casa. Relaja mis nervios,
sosiega mi espíritu, suelta mis tensiones, inunda mi ser
de silencio y serenidad.
Vela sobre mí, Padre querido, mientras me entrego
confiado al sueño, como un niño que duerme feliz en
tus brazos.
En tu nombre, Señor. Descansaré tranquilo.
Amén
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