Oración enviada por xanitutinax hace 5 años
Al verte ¡oh Corazón! tan mal herido
a pesar de tu célica grandeza ;
al ver la sangre que por mí has vertido
al subir del Calvario la aspereza;
al saber que el pecado cometido
acrece tu dolor y mi bajeza,
aumenta mi pesar, que tus dolores
más afean mi vida y mis errores.
¡Sagrado Corazón! ante ti llego
por el peso de mis culpas abatido;
el llanto del dolor en que me anego
demuestra mi pesar de haberte herido;
yo quiero consumirme en ese fuego
de amor que brilla en ti nunca extinguido,
y hallar al acercarme yo a tu esencia
la calma que ha de darme tu clemencia.
¡Oh! Yo quiero adorarte con mí vida,
con alma, corazón, y pensamiento,
yo no quiero ensanchar de hoy más la herida
que abrió en ti la maldad por mi tormento;
mi alma ante ti quiere rendida
para bien y virtud buscar aliento,
que aunque sé te ultragé, si ante ti lloro
de calma y bienestar dásme un tesoro.
Perdón! ¡Oh Corazón! si en mi locura
en ti clavé el puñal de mis pecados,
hoy que un rayo de luz en mí fulgura
y errores me recuerda ya pasados,
mi alma conturbada te asegura
huir de la ocasión, y si apiadados
los ojos a mi vuelves, en tu herida
sabré encontrar, Señor, la eterna vida.
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