Oración enviada por xanitu hace 6 años
Amado Señor, tú conoces el corazón de tus hijos, y no te quedas
indiferente ante el pobre que te suplica. Tú sabes lo que nos aflige
el bienestar de nuestros niños, tu comprender la preocupación de
los papás ante la enfermedad de alguno de sus hijos. Vengo hoy,
como el funcionario real del Evangelio, a pedirte que desciendas y
sanes a nuestro niño(a) ............ ( nombre del enfermo(a) por
quien se está orando de manera especial y el mal que lo aqueja).
Aún desde la preocupación que nos causa su enfermedad, desde
el dolor y el desconcierto, si esta enfermedad está dentro de lo que
tu permites, aceptamos este momento como ocasión de purificación,
de abandono en tus manos, de ofrecimiento generoso de nuestras
vidas. Aceptamos este momento como una ocasión para unirnos
desde el sufrimiento a los dolores de Cristo por la salvación del
mundo (Colosenses 1, 24) (Tómese unos minutos y, en calma, que
su corazón se una a lo que acaba de decir con sus labios: “con este
sufrimiento, me uno, Señor, a tu pasión…”)
Ahora, Señor, a ti que quieres que tengamos vida en abundancia, te
pido que por el poder del misterio de tu infancia y tu vida oculta en
el hogar de Nazaret, sanes al niño/a a quien tú conoces y amas.
Cuida de su cuerpito y de su alma. Pasa tu mano sanadora sobre él
para que sienta tu alivio, tus cuidados y se restablezca prontamente,
según tu voluntad.
Tú, que recibiste los amorosos cuidados de María y José, consuela y
reanima a su papá y a su mamá, no dejes que caigan en la
desesperación, en la duda, en la depresión, sino que desde su dolor y
preocupación recurran a ti como fuente de verdadera, plena, y duradera
sanación del cuerpo y del alma. Te presentamos el lugar donde se
encuentra el niño, reviste ese sitio con tu fuerza y gracia. Aleja de allí
todo lo que, material o espiritualmente, puedan ser un obstáculo para
la pronta recuperación. Te presentamos los profesionales médicos que
atienden al niño, revístelos con tu sabiduría, ilumínalos para que logren
dar con acierto en el diagnóstico y encuentren la medicación y
tratamiento indicado. Tómalos como instrumentos de tu sanación.
María, madre de Jesús y madre nuestra, que con esmero y constancia,
cuidabas de tu niño, mira el corazón de la madre e infúndele confianza,
para que también ella, como tu, pueda ver crecer a su hijo en estatura,
sabiduría y gracia, delante de Dios y de los hombres.
Querido San José, tú que fuiste el protector de la Sagrada Familia, y la
defendiste de todos los peligros y hasta de la muerte segura en la
persecución de Herodes, te presento al papá de esta criatura, intercede
ante tu amado Hijo Jesús, para que logre mantenerse fuerte aún en el
dolor y la preocupación. Que logre conseguir los medios necesarios
para la buena atención de su hijo/a. ayúdalo a no decaer y a
mantenerse lúcido a la voluntad de Dios.
Señor, tu dijiste que creyéramos que ya hemos obtenido lo que te
pedimos con fe en oración, ahora levanto mi voz y mis brazos para darte
gracias por la salud que recibirá este niño por el poder de tu amor
que escucha esta oración confiada. Reconocemos que ya estás
actuando y sanando. Como el funcionario del Evangelio, nosotros
también reconoceremos que es en este mismo momento que estas
restableciendo salud y bienestar. Te alabo en fe. Te reconozco Señor
y Salvador de nuestras vidas, sin ti estamos perdidos. Te amamos
Señor y reconocemos tu grandeza. A ti la gloria por los siglos sin fin.
Amén.
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