Oración enviada por xanitu hace 6 años
Cuando te asaltan los vientos de la tentación,
cuando ves aparecer los escollos de la desgracia,
mira la estrella, invoca a María.
Si eres zarandeado por las olas del orgullo;
de la ambición; la calumnia o los celos,
mira la estrella, invoca a María.
Si la cólera, la avaricia, las seducciones carnales
vienen para sacudir la nave ligera de tu alma,
levante la mirada hacia María...
Ante el peligro, la angustia, la duda,
piensa en María, invoca a María.
¡Qué su nombre no deje vuestros labios ni
vuestros corazones!
Y para obtener su intercesión,
no te alejes de su ejemplo.
Siguiéndola, no te extraviarás.
Suplicándole, no conocerás la desesperación.
Pensando en ella, evitarás cualquier error.
Si ella te sostiene, no te hundirás;
Si te protege, no tendrás nada que temer;
Bajo su conducción ignorarás la fatiga;
Gracias a su favor, lograrás el fin.
Saint Bernard (1090-1153)
(Deuxième homélie, Louanges à Marie)
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