Oración enviada por xanitutinax hace 5 años

¡Qué hermosa va, y qué risueña,
y qué atractiva y qué maja,
en hombros de cuatro mozos,
levantadita en las andas!...
No es la que sale en Diciembre
entre la nieve y la escarcha,
ciñendo el manto azulado
sobre la túnica blanca;
no es la Virgen de las penas,
que llora en Semana Santa
bajo abrileña neblina,
de negros paños tocada;
ni la que reza en Octubre
con su rosario de nácar,
cercada en pálidas brumas
del triste otoño que avanza.
Es mi Señora del Campo,
mi Vrgen de la Montaña,
sol de muchos corazones,
consuelo de muchas ansias;
es la que pasa en Agosto,
de mi tierra entre las galas,
alta la luna en los cielos,
en noche siempre estrellada.
¡Esa es la que canto ahora,
esa la que me entusiasma,
la Patrona de la villa,
la gloria de la comarca!
En vísperas de su fiesta
el pueblo sale a buscarla,
enternecido y amante
rondando la ermita blanca.
Abre sus puertas el templo
y la alegría sus alas,
y aparece la Patrona
levantadita en las andas.
Un sentimiento bendito
identifica las almas,
humedeciendo los ojos,
moviendo labios y palmas.
Suenan vítores y hurras
y canciones y alabanzas;
la pólvora se prodiga,
se derrochan las bengalas,
y va creciendo la noche,
la noche apacible y clara.
Allá va la Virgencita
dulcemente cortejada,
camino de la parroquia
entre flores y plegarias.
En la frente lleva erguida
bella corona de plata,
y al Santo Nene en los brazos
con tierna pasión regala.
¡Es la imagen del amor,
la Reina de la esperanza,
la Señora de mi valle,
mi valle de la Montaña!
Se escuchan las panderetas
las mozas lloran y cantan,
el pueblo suspira y reza,
la procesión adelanta.
Va la Virgen despacito,
con balanceo de palma,
con movimiento suave
lleno de mística gracia,
y en su manto florecido
se posan para besarla
los arrullos de las brisas,
los anhelos de las almas...
Bien hayan esos picayos
con que a la Virgen ensalzan
las jóvenes déla villa
felices y alborozadas;
bien hayan esos picayos
ramillete de palabras
que se riman ellas solas
a un mismo son acordadas.
Canto y sones montañeses,
melodías de Cantabria...
¡sois dulzuras que mi tierra
de su corazón derrama!...
Allá va la procesión;
¡ya pasó la Virgen Santa
en hombros de cuatro mozos
levantadita en las andas!...
[Concha Espina. Mis Flores: Poesía].
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