Oración enviada por xanitutinax hace 5 años
¡Oh Virgen bella, que del sol vestida,
de estrellas coronada, al Sol inmenso
ansi agradaste, que en Ti fue ascondido!
A hablar de Ti un amor me mueve intenso.
Mas ¿cómo daré yo sin Ti salida,
y sin el que contigo ansi ha partido?
Invoco á Ti, que siempre has respondido
bien al que te ha llamado.
Virgen, si el triste estado
humano en tiempo alguno te ha movido,
envíeme tu mano algún consuelo,
socorre a mi gran guerra,
aunque soy tierra, y Reina Tú del Cielo.
¡Oh Virgen sabía, de aquel número una
de las beatas vírgenes prudentes,
mas primera y con lámpara mis clara!
¡Oh firme escudo a las aflictas gentes
contra golpes de muerte y de fortuna,
so el cual se escapa y gloría alcanza rara!
¡Oh refugio, que al ciego ardor repara,
que se halla en este mundo,
Virgen, ese jocundo
viso, que hinchió de lágrimas la cara
y dulces miembros de aquel Verbo eterno,
vuelve a mi incierto estado,
que atribulado, a Ti pide el gobierno!
¡Oh Virgen pura, en toda parte entera,
del gentil parto tuyo Hija y Madre,
luz del suelo y del Cielo clara guía.
Por Tí tu Hijo, que es el Sumo Padre,
o del empíreo Cielo gran lumbrera,
vino a salvamos cuasi al fin del día!
En los refugios que en el mundo había,
Tú sola fuiste electa,
Virgen por más perfecta,
que vuelves de Eva el llanto en alegría;
Pues puedes, hazme libre del infierno,
¡Oh del mundo Abogada,
yá coronada del gran reino eterno!
¡Oh Virgen santa, de mil gracias llena,
que por ser tan humilde mereciste
subir al Cielo, en donde oyes mi ruego,
Tú de bondad la Fuente nos pariste,
y el Sol de la justicia, que aserena
y libra al mundo ciego!
Tres renombres te ha dado tu sosiego,
Hija, Madre y Esposa,
Virgen muy gloriosa,
Madre del que libró del duro fuego
al mundo y de la red en que vivía;
en cuya pasión santa.
ruego, quebranta la dureza mía.
¡Oh Virgen, sola al mundo sin ejemplo,
con la beldad que al Cielo enamoraste,
Tú sola eres primera sin segunda!
la piedad y humildad que profesaste,
del verdadero Dios sagrado templo,
hicieron tu limpieza ser fecunda:
Por Tí puede mi vida ser jocunda.
Si a tus ruegos, María,
Virgen sabrosa y pía,
Donde abundó el pecar la gracia abunda.
Con las rodillas de mi mente en tierra.
Suplico que encamines
a buenos fines mi tan cruda guerra.
(Francisco Petrarca)
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