Oración enviada por xanitutinax hace 5 años
Al mundo impío Dios amó,
perdido en su maldad,
y a gran precio le salvó,
de buena voluntad.
¡Oh qué amor! ¡qué inmenso amor!
No hay otro amor así;
Dios desde el cielo al Salvador
mandó a morir por mí.
Y ahora es mío por la fe
el don de Dios, Jesús.
Mi redención por sangre fue,
la sangre de la cruz.
La gloriosa plenitud
de la Divinidad
en Cristo está; por su virtud
me da la santidad.
Aliéntate, oh alma fiel,
pues Cristo te dará
felicidad aquí con Él,
y gloria eterna allá.
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